sábado, 3 de enero de 2009

Soledad Carmesi, o caricia....

Claro.

Porque.... Escribo con los pies... O, mejor dicho. Mejor
no les cuento con que escribo.

Si, y solia tomar el te con dulce de batata. Sobre todo en
el mundo del reves.

A ver. Sigo tomando el te sentado en el techo, de cabeza
y con dulce de batata. Pero lo tomo con quien no quiere
llevarme a las reuniones de Cono Sur o como mierda se
llame. Tomo el te con quien no quiere evangelizarme en
el dogma socialista. Tampoco en neoliberalistmo. Tomo
el te, con quien no quiere regalarme un libro como Operacion
la Garchofla ni nada por el estilo.

Y, simplemente, no lo hago porque, todo eso ya paso. Ya
termino, se fue. De hecho, nunca lo vivi. Este mundo es
el nuevo, el que construimos minuto a minuto, con las
comunicaciones de hoy, los medios de hoy (excluyendo
un poco la television, en donde 90% se trata de vanalidades
y 75% es destruir vidas de otros...).

Las comunidades no son broma, las intenciones no son bromas.

El pasado, tampoco es una broma. Pero no debe dominar
el presente. El presente es casi lo unico que importa, y el
futuro, lo que construyamos mirando hacia adelante, es un
poco secundario respecto del primero.

A ver, probemos:

Oh, pasado que aquejas cada
minuto de mi existencia, con
tu caricia negra, con tu manto
de lugubre tristeza gris y ponsoñoza,
dejadme seguir mi camino,
hacia...

No me sale, o si en todo caso, pero ya no
interesa.

Mi camino hacia... hacia...

No se, pero creo que va a estar bueno.

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